Los beneficios que pueden aportar las mascotas a un niño son innumerables. En general, la compañía de algún animal en el hogar mejora la calidad de vida de cualquier persona: además de reducir el estrés, evitan el sentimiento de soledad. Pero en los niños juega un papel todavía más importante, porque también contribuyen a su desarrollo educativo, emocional y social.
Un niño que aprende a cuidar un animal y que lo trata con amabilidad, cariño y paciencia, puede obtener una gran capacidad para aprender a tratar correctamente a las personas. Sin embargo, para ello será imprescindible la participación de los padres: el tratamiento descuidado de los animales será perjudicial tanto para la mascota como para el niño involucrado.
¿Cómo influyen las mascotas en su educación?
Mayor confianza
El desarrollo de sentimientos positivos sobre los animales puede contribuir en la autoestima y en la confianza de un niño en sí mismo, así como en el desarrollo de relaciones de confianza con los demás.
Mayor responsabilidad
Según el segundo estudio de la Fundación Affinity sobre el vínculo entre las personas y los animales de compañía, el primer concepto que se asocia a la mayoría de los niños que tienen una mascota es el de cuidar, así como los de jugar, alimentar o querer. Es decir, este estudio subraya los valores de responsabilidad que los animales de compañía transmiten a los más pequeños.
El niño tomará conciencia de que su perro o gato no es un juguete, sino que el animal también necesita alimentarse, pasear, hacer sus necesidades, recibir cariño, etc. Así pues, se recomienda que a medida que los niños se hagan más mayores, vayan asumiendo algunos de estos cuidados.
Desarrollo de inteligencias
Según un artículo publicado en el ABC, los niños con edades comprendidas entre los 0 y los 7 años, desarrollan diferentes inteligencias cuando conviven con sus mascotas.
«En el caso de los niños, los animales los ayudan a potenciar aquellas capacidades que aumentan su inteligencia emocional, como son la compasión, la comprensión de la muerte o la autoestima», aseguraba el CEO de Petclic, empresa experta en animales de compañía.
Según este profesional, además de la compañía que brindan a una familia completa, las mascotas marcan una rutina y obligan a sus cuidadores a tener responsabilidades. Además, ayudan a los pequeños a relacionarse cuando están pasando por un mal momento o cuando no se sienten entendidos por sus padres.
Disminuye riesgo de alergias
También se conoce que la exposición temprana a alérgenos de mascotas y bacterias relacionadas con ellas fortalece el sistema inmunológico de las personas, ya que acostumbra al cuerpo a los alérgenos y ayuda al niño a desarrollar una inmunidad natural.
Aportan compañía y diversión
Un perro y un niño casi siempre se muestran dispuestos para jugar, así que forman la amistad perfecta. Esto no solo brinda a los niños diversión, sino que también actividad física, cada vez menos presente en las actividades lúdicas para los niños como son los videojuegos o la televisión.
Además, para uno de cada dos niños, el animal es la principal fuente de apoyo emocional después de los padres. Esto es porque los lazos afectivos con la mascota ayudan a superar la sensación de miedo o tristeza, ya que el niño recurre de forma habitual a su perro o gato para encontrar alivio en estas situaciones.
Mayores habilidades sociales
Como hemos señalado anteriormente, un niño que se preocupa por su mascota, la cuida y quiere estará más predispuesto a ayudar a las personas y desarrollar la empatía. Muestran mejores aptitudes sociales y se convierten en adultos socialmente más competentes que los niños que no han tenido nunca una mascota.
Comprensión del ciclo de vida
Como todo ser vivo, la vida de un animal no es para siempre. Uno de los factores clave en el desarrollo de un niño es la comprensión del ciclo de la vida y, con ello, la muerte. El modo en el que se le explique a un niño este hecho condicionará la manera que tendrá de comprenderlo y llevarlo en un futuro.