El verano está a la vuelta de la esquina y para disfrutar de esta época del año como se merece, hay ciertos riesgos para los bebés que debemos evitar. Protege a tu bebé en verano, aquí te dejamos una serie de consejos.
Los expertos aconsejan no llevar a los pequeños de menos de 6 meses a la playa. A partir de entonces, hay que seguir una serie de recomendaciones. Además de la playa, en estos calurosos meses la calle y nuestra propia casa tienen que estar acondicionados para el calor. Las altas temperaturas, los rayos del sol, el cambio en la rutina, las piscinas… todo cuenta.
Cuidado con el sol
Hasta los primeros seis meses de edad, no se aconseja aplicar crema protectora solar sobre la piel del bebé, ya que tienen muchos parabenos y a esta edad son más propensos a padecer alergias. Sin embargo, a partir de los seis meses no se debería salir sin protector alto.
La vitamina D que necesita la puede adquirir con un corto paseo por la calle. Pero en verano estos paseos pueden ser calurosos, por lo que se aconseja evitar las horas de mucho sol. A primera hora de la mañana o al atardecer la intensidad de los rayos del sol no incidirá tanto y podremos disfrutar de nuestro paseo y de nuestro bebé.
Protege a tu bebé del calor
En los desplazamientos en coche en verano hay que tener cuidado con la ventilación en el mismo. Abrir las ventanillas para ventilarlo y no excedernos con el aire acondicionado. Hacer una parada cada, mínimo, dos horas, y pasar ese rato a la sombra al aire libre.
En casa, la temperatura ideal está entre los 20 o 22 ºC. Tampoco aquí es aconsejable abusar del aire acondicionado ya que es perjudicial para sus vías respiratorias. Ventilar la casa con las ventanas (evitando que el niño esté expuesto a fuertes corrientes de aire) será la mejor opción.
No conviene abrigarle más de lo necesario. Si tú tienes calor, él también tendrá. Pese a que le notemos manos o pies fríos, no significa que tenga frío. Por la noche sí que debemos taparle con una sábana para evitar que se constipe.
Hidratación, hidratación, y más hidratación
Los recién nacidos no deben tomar agua. La lactancia materna o de fórmula será su modo de hidratación. En verano, si el bebé tiene calor tal vez pida más leche que de normal. Cuando crezca, ofrécele agua más a menudo. Si la rechaza será que no la necesita. Pero si tiene calor, él mismo desarrollará maneras de hacerte saber que tiene sed.
Las habitaciones con aire acondicionado constante provocan un aire seco que puede producir deshidratación en el niño. Hazte con un humidificador y ventila a menudo la habitación. También sirve llevarle a la habitación fresquita donde ha estado encendido el aire pero ya estando apagado. Los ventiladores de techo son un buen sustituto de los aires acondicionados y no perjudican tanto al bebé.
Alíate con cremas y lociones hidratantes aptas para bebés para que no se reseque la piel y se mantenga fresquita. La crema de pañal también ha de ser sin parabenos, y debemos cambiarle cada dos horas incluso cuando no estén sucios, ya que en verano y por la sudoración excesiva son más propensos a las erupciones. Así lo mantendremos hidratado y limpio todo el tiempo.
Protege a tu bebé de los insectos
Todos sabemos lo molestos que son algunos insectos como los mosquitos cuando llega el verano. Sobre todo, abundan en zonas rurales o si vivimos cerca de algún parque. Aunque hoy en día son comunes en cualquier parte, así que protege a tu bebé de sus picaduras. Las cunas se pueden proteger con una mosquitera o tul especial.
También existen lociones especiales para niños. Le podemos preguntar al pediatra a ver cuál nos recomienda, y no los pongamos en manos o pies ya que podrían llevárselos a la boca. Los insecticidas eléctricos también sirven y no dejan olor.
Protege a tu bebé en el agua
El cloro de la piscina y la sal del mar pueden ser perjudiciales para la piel del niño, por lo tanto, asegúrate de aclararlo con agua después y secarlo bien. Los oídos son una parte sensible que tenemos que cuidar, evitar que se mojen y secar bien para evitar que cojan otitis.
Aunque todavía sea muy pequeño para enseñarle a nadar, es importante ir familiarizándole con el agua. Evita el sol de mediodía y tenlo todo el tiempo bajo una sombrilla. Al bañarlo puedes ponerle ropa de baño, pero quítasela y sécale bien cuando ya esté fuera para evitar que se constipe.
¿Cómo vestir a tu bebé en verano?
Los tejidos ligeros como el lino y el algodón y colores claros serán idóneos para evitar que pase calor. En los momentos del día que más calor haga, deja que vaya solo en pañal. El resto del día es aconsejable que lleve ropa sobre el tórax. Evita que le quede ajustada sobre el cuerpo, mejor si queda holgada.
Toda la ropa, toalla y pañales que vayamos a ponerles solo han de estar lavados con jabón. Cuanto menos perfume y productos químicos hayamos puesto en su ropa al lavarla, mejor.
Acuérdate de su gorrito para proteger la cabecita de los rayos, aunque esté bajo la sombrilla.
Si sigues los consejos oportunos, ir a la playa, piscina o pasear los días de verano con tu bebé no tienen por qué convertirse en drama. Ten mucha precaución con las horas de más sol y sigue nuestras recomendaciones para estos meses de calor, los harán más llevaderos y podrás disfrutar de tus vacaciones y de tu bebé ¡como ambos os merecéis!